Vinosfera

Miranda, Venezuela

Figuras Conceptuales y Espacio para los Sentidos
Viabilidad Económica

Proyecto: Centro de Cata Vinósfera
Ubicación: Calle California, Edificio California Mall, Planta Baja. Las Mercedes, Municipio Baruta. Caracas
Fecha: 2010-2011
Superficie construida: 174 m2
Equipo de Arquitectura: Tragaluz Estudio de Arquitectura. Miguel Fernandez / Carmen Navarro Caleya, Arq. Francisco Paúl
Colaboradores: Arq. Vanessa Otero Laclé, Rubén Bustamante
Carpintería: Antonio Caubet
Fotografías: Revista DecoNews

La arquitectura de Vinósfera surge de tres aspectos conceptuales que se pusieron de manifiesto durante las reuniones preliminares.

THE MESSAGE IN THE BOTTLE

(El mensaje dentro de la botella)

El culto al vino que se manifestó en la gestión de este local implicaba a todo tipo de interesados en el vino, desde al aficionado pionero hasta el sommelier más experimentado en la técnica del vino. Este concepto gira en torno a los diferentes niveles de formación que ofrece la cultura del vino.

El local se percibe desde la calle y tiene una condición urbana claramente intencionada. Su fachada muestra con evidencia el concepto inicial a través de una caja blanca que “flota” dentro de una gran caja de madera.

La gran caja de paletas de madera alberga diferentes tipos de espacios, escalas y actividades que se complementan con la participación plástica de la caja blanca interior.

THE BOX IN THE BOX

(La caja dentro de la caja)

Este concepto define la parte del programa que debía albergar el local.

(The Box) Por un lado se pretendía un espacio con un carácter público en donde se desarrolla un área lounge, una barra tradicional, unos mesones de cata, una tienda off trade, el área de cocina y la caja registradora.

(The Box in the Box) Por otra parte se requería de un espacio más privado que funcionara como sala de cata en donde se impartirían degustaciones tanto para aficionados al vino y a la gastronomía como a expertos en la materia.

THE BOTTLE IN THE BOX

(La botella dentro de la caja)

En este caso, la aproximación conceptual se refería al aspecto tectónico en cuanto a la materialidad y construcción de una atmósfera adecuada para las experiencias sensoriales que ofrecen tanto el vino como la alta gastronomía. Es por ello que la madera, en una interpretación de las paletas industriales, generan las superficies internas de la caja exterior, concebida como una gran bodega envolvente, mientras que, para la sala de cata o caja interior, el blanco sirve para construir un espacio neutro en el que destacan los colores del vino.

Los mesones de cata se ubican en un espacio vitrina – almacén de vinos – a doble altura, mientras que la zona lounge y la barra reducen su escala para transformarse en espacios más íntimos, cercanos al tacto de la madera y a los productos en ella se muestran.

El espacio de la escalera discurre a través de texturas de madera en techo, suelos y paredes que se contraponen con una superficie blanca y lisa, lateral de la caja blanca.

El pasillo que se genera al final de la escalera ofrece un ámbito pequeño, pero de gran calidad espacial, que se percibe nuevamente a través de las texturas de las paletas de madera, pero esta vez potenciadas por los reflejos de un plano compuesto por las puertas de vidrio deslizantes de la sala de cata.

El espacio de la sala de cata (el interior de la caja interior) se concibió como un laboratorio blanco desde el cual se domina una vista hacia la calle a través del atrio de entrada.



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